Despues de desayunar cogemos el coche y nos dirigimos a la ciudad de Plovdiv. Son 150 kilómetros de recorrido que hacemos en poco más de hora y media por la autopista A1.
La ciudad de Plovdiv
Plovdiv es la capital de la provincia del mismo nombre y la segunda ciudad más poblada del país después de Sofia.
Se ubica en las tierras bajas de Tracia, a la orilla del río Maritsa y de las siete colinas.
La historia de Plovdiv se remonta a 6000 años atrás, es decir es anterior a Roma o Atenas. De esta manera Plovdiv es una de las ciudades europeas que ha estado habitada durante más tiempo.
En el año 2019 Plovdiv ha sido elegida «Capital Europea de la Cultura» y tendrán lugar diversos eventos, actuaciones, etc de tipo cultural.
Llegada al hotel
En esta ocasión nos alojamos en el hotel Holiday Inn Plovdiv. Se trata de un hotel moderno con unas habitaciones de un tamaño aceptable. Este hotel ubicado en las afueras cuenta con aparcamiento gratuito en la misma puerta (aunque no hay demasiadas plazas disponibles).
Cuando digo que está en las afueras me refiero a que no está en el casco histórico de la ciudad sino que está al otro lado del rio junto a un parque. Caminando aproximadamente 1 kilómetro podemos llegar al centro de la ciudad.
Lo que más nos gustó del Holiday Inn Plovdiv
- Desayuno aceptable.
- Limpieza de las habitaciones.
- Amabilidad del personal de la recepción. Tuvimos un pequeño contratiempo con la caja fuerte y lo solucionaron rápidamente.
- Se aparca con relativa facilidad. En nuestro caso, en el parking exterior que tienen en la misma puerta.
- Ubicado en una zona tranquila.
Lo que menos nos gustó del Holiday Inn Plovdiv
- Por poner alguna pega… hay que caminar para llegar al centro. Si vas con niños puede ser un inconveniente.
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Antes de llegar al centro… paramos a comer
Aunque era un poco temprano, decidimos adelantar el horario de la comida para tratar de aprovechar más el tiempo. En el camino hacia el centro descubrimos un restaurante Happy que para nosotros supuso todo un descubrimiento.
En aquel momento no lo sabíamos pero, como descubrimos más tarde, Happy es una cadena búlgara de restauración (similar a lo que sería Vips en España) pero con una relación calidad precio excelente. Su especialidad son las hamburguesas, pero tiene una carta bastante amplia que incluye p.ej sushi o pescados.
En nuestro caso decidimos optar por la hamburguesa que estaba deliciosa.
Sin duda, es un lugar a tener en cuenta… y de hecho, como veréis, no fue la única vez que visitamos un Happy en nuestra visita por Bulgaria.
El casco histórico de Plovdiv
Cruzamos el puente sobre el rio Maritza. Se trata de un puente con bastante anchura… de hecho, a lo largo del puente hay tiendas y es una especie de puente – centro comercial.
Tras cruzarlo, nos adentramos por el centro de Plovdiv. El centro es bastante «manejable». Es cierto que tienes que caminar pero en comparación con otras ciudades todo queda relativamente cerca.
La Mezquita Dzhumaya en Plovdiv
El exterior de la Mezquita es diferente a otra mezquitas que hayas podido ver. Destaca por haber sido la primera que se construyó en lo que actualmente es el territorio de Bulgaria, concretamente data de 1364 si bien, el edificio original fue demolido y reconstruido a lo largo del siglo XV. A destacar su minarete y la pastelería que puedes encontrar en su exterior
Estadio romano de Philippopolis
Justo enfrente de la Mezquita arranca la calle de Alejandro I y verás una barandilla con unas escaleras por las que bajando llegarás a ver los restos del antiguo estadio de la ciudad, de época romana. A día de hoy solamente se conservan restos del graderío y una de las puertas pero es interesante.
Calle de Alejandro I
Esta calle es la principal arteria comercial del centro histórico. Arranca desde los restos del Estadio romano y continúa pasando junto a interesantes edificios y restos arqueológicos como veremos a continuación.
Dejamos la plaza de Stefan Stambolov a la derecha, lugar que destaca por su fuente y porque hay varias heladerías y cafeterias en los alrededores donde puedes parar a tomar algo y descansar y seguimos rumbo al Odeon.
Odeon de Philippopolis
Giramos a la izquierda en Alejandro I por la calle General Gurko para llegar a los restos del Odeon de Philippopolis. Estos restos los tuvimos que ver a cierta distancia ya que estaba cerrado… pero desde fuera se ven bastante bien
El Teatro Romano de Plovdiv
Nuestro siguiente destino era el Teatro Romano de Plovdiv. Un fallo de los mapas para turistases que dan a entender que puedes llegar al Teatro caminando desde el Odeon y que está relativamente cerca… y no es así. Debido a los desniveles de la ciudad al Teatro no se puede llegar directamente desde el bulevar Tsar Boris III ya que hay un tunel que pasa debajo de donde está el Teatro.
El Teatro es el gran símbolo de Plovdiv. Construido en el siglo I. Por aquel entonces, la ciudad romana de Philippopolis era muy importante. Prueba de ello es el tamaño de este teatro (con capacidad para más de 6.000 espectadores).
Es uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo. La entrada cuesta 5 lev (algo más de 2,50 euros) y si bien es cierto que, desde la parte de arriba, por las rejas puedes ver el interior perfectamente te recomiendo pagar la entrada para acceder al recinto ya que no todos los días se tiene la oportunidad de pisar un teatro romano.
Las casas del renacimiento nacional búlgaro
Desde finales del siglo XVIII y hasta los 80 del siglo XIX Bulgaria vivió una época de gran esplendor. A esta época se le conoce como el «Renacimiento Nacional Búlgaro».
A nivel arquitectónico esto se tradujo en edificios con altos muros de piedra, elaboradas decoraciones en madera tallada, paredes de colores vivos, grandes patios, etc.
En Plovdiv encontrarás un montón de casas de esta etapa histórica. Callejeando por el centro seguro que te encontrarás con muchas de ellas. Todas se ubican en la llamada ciudad antigua «old town». Algunas de estas casas son visitables. Una de las más espectaculares es la casa de Balabanovd.
Existe un billete combinado que te permite acceder a varias de estas casas. Eso si, ten en cuenta que suelen cerrar bastante temprano. Nosotros la verdad es que no pudimos visitar ninguna por dentro precisamente por lo temprano que cerraron. Pero verlas por fuera ya es todo un espectáculo.
Iglesia Ortodoxa de S. Konstantin y Sta. Elena; murallas y puerta de Hissar Kapiya
Esta iglesia es una de las iglesias cristianas más antiguas de Plovdiv si bien es cierto que en el siglo XIX sufrió un incendio y prácticamente tuvo que ser reconstruida. En este mismo lugar ya existió un santuario cristiano a principios del siglo IV.
Se ubica al sur de la puerta de Hissar Kapiya que en la época romana era la puerta oriental de la antigua ciudad, en pleno corazón del Casco Viejo de la ciudad. Más que una iglesia se trata de un recinto con varias edificaciones: Casa del sacerdote, escuela, fuente, etc.
Como he dicho, muy cerca encontrarás la puerta de Hissar Kapiya que daba acceso a la antigua ciudad de Plovdiv y es la única puerta que queda en la ciudad de época medieval.
Muy cerca de la puerta de Hissar Kapiya encontramos el museo etnográfico que ya os anticipo que, simplemente, el ver el edificio desde el exterior merece la pena porque es una de las casas más impresionantes de la ciudad ya que se ubica en la casa de Argir Kuyumdzhioglu del año 1847.
Nebet Tepe
Nebet Tepe es una de las colinas de Plovdiv donde se fundó la antigua ciudad. A día de hoy, aparte de las ruinas que quedan (que no están nada bien conservadas) lo que merece la pena es visitarla por las vistas que tienes desde ahí de toda la ciudad.
Barrio de Kapana
Después de contemplar las bellas imágenes de la ciudad de Plovdiv desde Nebet Tepe nos dirigimos al Barrio de Kapana que está muy cerca. Kapana se puede traducir como «trampa» y es un barrio de calles estrechas y múltiples recovecos. En este barrio se asentaron los artesanos de Plovdiv y las distintas calles reciben el nombre del gremio que se instaló (del oro, del hierro, del cuero, etc).
Poco a poco va llegando la noche y buscamos algún sitio donde cenar. Localizamos un restaurante que tiene muy buena pinta, el Hemingway restaurant de Plovdiv y la verdad es que la relación calidad precio es excepcional. Es más caro que otros restaurantes de la ciudad, pero en comparación con lo que serían los precios de España conseguimos cenar muy bien a un precio razonable (unos 40 euros los dos).
Tras la cena, nuevamente al hotel porque mañana toca viajar a Burgas
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